Publicación Original: octubre 18, 2021 – Actualizado: octubre 18, 2021 por Pontik

“En el mar no hay pasado, presente o futuro; sólo paz”

Palabras del oceanógrafo Jacques Cousteau,  responsable de explorar las maravillas del  mundo submarino allá por los años 60 y 70.  Esa estimulante convivencia de especies,  inmortalizada por el “capitán Planeta” a  bordo del Calypso, funge como disparador  de #MishkaCalypso, que recrea el fondo del  mar con una eufórica sinfonía de colores y  materiales. Amarillo, orquídea, naranja,  coral, cielo, colorado, malva, magenta,  verde, lavanda. Cuero vacuno, caprino,  charol, croco, floater, gamuza, rafia, nylon,  neoprene. Todo contrasta, todo se entrelaza,  generando inusitadas combinaciones en pos  de un ecosistema libre y optimista.

Como peces en el agua, las sandalias strappy  se cubren de matices vibrantes desde la base  hasta las hebillas -laqueadas a tono-. Tacos  escultóricos con formas ondulantes o bruta listas y materiales tipo carey, madera o símil  perla madre, evocan tesoros. Carteras de  líneas retro se actualizan con bloques de  color y correas sport. Los maxibolsos inhe rentes a la marca amplían su abanico cromá tico para montar la ola de la vivacidad.

Códigos marítimos también se detectan en  tipologías y motivos afines a embarcaciones  icónicas, como los veleros astilleros de  Germán Frers. Listas para navegar los siete  mares parecieran estar las sandalias con  sogas multicolor -detalle recurrente en los  hitos de la colección-; los mocasines con  flecos más bases de goma; los bolsos mari neros; o las carteras con hebillas y cadenas  de resina.

Entretanto, lo deportivo propio del buceo y  la navegación, irrumpe en piezas funciona les. El small leather se consagra campeón  del guardarropa, dotándolo de dinamismo en  forma de bandoleras pregnantes o mini bags  con cordones más cierres. Se suben al podio  las riñoneras de nylon casi fluorescentes, a  semejanza de los trajes de buzo o los chale cos salvavidas que precisan divisarse en las  aguas. En el mismo sentido avanza la línea  de zapatillas, que en sus declinaciones  chunky adoptan combinaciones inesperadas.  Mood trasladado a pilotos o pantalones  sport en gabardina o siré, con bolsillos y  cordones elásticos para regular y reformular  la silueta.

En oda al laissez faire de ciudades costeras  como Niza, Cannes, Puerto Hydra, donde  artistas e intelectuales hallaran refugio en  los años 60 y 70, la Colección propone  combinaciones azarosas, rizomáticas, tan  únicas como cada hacedora. El espíritu libre  de personajes de la onda de Leonard Cohen,  Peggy Guggenheim o Brigitte Bardot,  suscita estilismos décontracté. Un sweater a  rayas se superpone con un vestido de gasa  floreada y como toque final, tote bag de  rafia. Una túnica con volados entra en  tensión con sandalias estridentes de tiras y  hebillas múltiples, junto con un pañuelo de  estampado fovista. Un top de lino forma  pareja con jeans pinzados de caída redon deada y sandalias con taco-canasta. Todo vale en aras de un estilo espontáneo,  despojado de mandatos.

El mboyeré MISHKA se completa con  bijoux de piedras y metales en clave hippie  chic, alusiva a los amuletos propios de  destinos marítimos. Las gafas también se  hacen notar a fuerza de colores y marcos  contundentes. Una mirada auténtica hacia la  infinidad del océano, presente en todos los  puntos cardinales de la colección.

 
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